Relato enviado por Nati Bainotti

En el Departamente de Tarija, en Bolivia, hay uno de los lugares más autóctonos del país: la Reserva de Sama.

Desde un camino pre-hispánico, pinturas rupestres, hasta lagunas turquesas y bosques andinos, pasando por Unidades Productivas donde ver el teñido e hilado de lana de camélidos, la Reserva de Sama es uno de esos lugares donde el tiempo transcurre de forma diferente, donde el sol caliente distinto, y donde la vida responde a otros parámetros.

Desde Tarija, un día fui a recorrer la reserva, sus comunidades, sus paisajes; conversar un poco con su gente y ver que la vida, puede ser muy diferente.

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