Por Daniel Calabrese y Roberto Galbarini, www.tigredelosrios.com.ar
Portal de Pesca
www.tigredelosrios.com.ar
Bien entrada la mañana llegamos a Ituzaingó. Nuestros bolsos se descargaban en el Hotel «Posada del Sol» mientras los equipos seguían hacia la encantadora playa de Itu donde nos esperaba el guía y amigo Julio Hintz.
Nuestros preparativos se confundían con el habitual movimiento matutino de la ciudad en un día de semana. Chicos al colegio, trabajadores en bicicleta, las primeras colas en los Bancos. Mientras todo eso ocurría, La nueva embarcación de Julio ya estaba presta en la playa, esperándonos. Un gran abrazo celebrando el reencuentro, los equipos a la embarcación y la partida, ese momento mágico siempre lleno de expectativas.
Mientras Roberto ajustaba equipos y tomaba las primeras fotos desde el interior de la lancha, charlábamos con Julio sobre la estrategia del relevamiento. La idea era fundamentalmente hacer una nota de Fly. Nos cautiva desde siempre la posibilidad de mostrar como estos pesqueros, especialmente reconocidos por sus grandes ejemplares de surubíes y dorados guardan también una increíble riqueza ictica de portes menores y medianos que solo hay que saber descubrir y disfrutar en Fly o en baitcasting.
Dorados y Pirás pytas eran nuestro principal objetivo. Equipos 8 e incluso equipos 5 para divertirnos aún a riesgo de que se nos prenda algún bicho importante. Streamers de los grandes, de los mas pequeños y las plock para hacer algún intento. Ese era nuestro arsenal.
Fly en Ituzaingó
Portal de Pesca
www.tigredelosrios.com.ar
Nos fuimos aguas al sur, nuestro “destino” era la zona conocida como Punta Mercedes. El casteo por supuesto comenzó mucho antes en cada sector en donde veíamos posibilidades. La costa de Ituzaingó cuenta con muchas piedras que forman pequeñas y grandes escolleras que se van sucediendo regularmente. A esto se le suma el palerío y las enramadas, pero esta geografía se da mas en las costas de islas interiores que en la costa “continental” sobre la cual hicimos nuestros primeros intentos.
Cinco minutos y un primer doradito de aproximadamente tres kilos se me prendió en una mosca negra y roja a la que Roberto Galbarini bautizó “Gauchito Gil”. Se disfrutó muchísimo. Al rato nomas, de atrás de otra piedra, me salió un hermoso pirá pyta, el pescado parece pinchado pero no, venia mordiendo el enorme streamer sin tocar el anzuelo y después del borbollón y de hacerse sentir en la caña, se vuelve a perder entre las piedras. La bronca y la advertencia clara que para los salmones íbamos a tener que achicar las moscas. Seguimos probando, se sucedieron capturas de muchos doraditos, con la particularidad de que todos absolutamente, incluso los salmones, salían a atacar nuestras moscas desde las piedras. Los palos, que de vez en cuando aparecían no nos estaban dando nada. La tarde iba a ser de ellos.
La mayoría de los piques los había tenido yo, lo que me motivó a una inoportuna chanza a Roberto que pagué caro. Llegando a nuestro destino en Punta Mercedes, un borbollón impresionante y una enorme silueta amarilla ataca con determinación su mosca, clavada, caña arqueada al máximo y corrida impresionante que termina en un salto rotundo de un dorado que supera largamente los siete kilos de peso. La alegría en la lancha desbordaba. Roberto no tuvo mejor manera de responderme.
Era la culminación de una mañana impresionante y la confirmación de que entre tantos dorados siempre está latente en estas aguas la posibilidad de obtener ese trofeo soñado por todos los mosqueros.
Paramos en una isla exuberante de vegetación y arena, hicimos una asado y aprovechamos para hacer un video del atado de una de las moscas que mas resultado nos había dado y que ilustra esta nota.
Por la tarde, probamos con las pelotitas y ahí si comenzamos a clavar pirás pytas. El ámbito era otro, ya no estábamos pescando sobre el Paraná sino en arroyos interiores y los paleríos que abundan en las islas.
Satisfechos con los salmones, ingresamos a un riacho en donde el agua no corría en demasía. Parecía el típico arroyo rodeado de plantas frutales ideal para la pesca de omnívoros. La actividad era ferviente, se veía en todos lados movimiento de peces. Decidimos “salir a la cancha” con equipos cinco y disfrutar con los que suponíamos podían ser pequeños pacúes o salmones. Si venía algo grande, bueno, íbamos a tener que hamacarnos.
Ni salmones, ni pacúes. Doraditos que tomaban nuestros pequeños streamers con una voracidad inusitada, quizás potenciada por esa hora mágica que suele darse cuando comienza la caída del sol.
Uno, otro, otro y dobletes varios. Roby, Julio y quien esto escribe, casteábamos, normalmente pinchábamos y rápidamente largábamos a los doraditos para continuar aprovechando al máximo los últimos momentos de luz que el sol nos regalaba. Fue sencillamente fantástico.
Ituzaingó tiene todo para ofrecer a los pescadores. No solo a quienes vayan por sus impresionantes surubíes y dorados o para quienes esperen el arribo del combativo atigrado o Pira Pará. Las aguas de Itu, también se abren generosas para los amantes del fly.
Estaremos nuevamente en sus aguas en el verano, en donde a la fiesta entre piedras y palos se le sumará el pacú y los grandes dorados se arrimarán a las costas a “ver que pasa”.-
Por Daniel Calabrese y Roberto Galbarini
email: info@tigredelosrios.com.ar
Portal de Pesca: www.tigredelosrios.com.ar
Página en Facebook de Tigre de los ríos: www.facebook.com/dorado27
La nota y las fotos pertenecen al portal Tigre de los ríos: www.tigredelosrios.com.ar
.:.