Por Roberto Galbarini, www.feathersnflies.com
Una nota que realmente es un honor presentar, por quien la escribe y por quien es protagonista de la misma. Dos amigos, dos inmensos pescadores que entienden a la pesca deportiva como el resultado de la observación y como un acto de creatividad permanente. Un ida y vuelta entre la práctica, la reflexión y el desarrollo de nuevos elementos para llevar al río lo que uno aprende de él. Roberto Galbarini relata la historia de las bolitas Plock Martin desarrolladas por Cesar Palma. Para finalizar una crónica con video incluido de la pesca que ambos hicieron hace poquito en el Alto Paraná. Espero que la disfruten y que los motive a intentar la magnífica experiencia de pescar omnívoros en Fly.-
Daniel Calabrese, Editor www.tigredelosrios.com.ar – Grupo de Tigredelosrios en Facebook
César Palma siempre tuvo admiración por los peces de río, sus formas, colores, hábitats y costumbres. Ha crecido maravillado por todo ese esplendor de la naturaleza y ha sido desde pequeño un entusiasta pescador. No fue hasta el año 1991 cuando el gran pescador brasilero se aventuró a conocer las aguas dulces argentinas, específicamente la indómita provincia de Corrientes.
Poco a poco fue acrecentando su experiencia en los magníficos pesqueros correntinos, pescando todo tipo de especies y en diversas técnicas. Siempre atento al comportamiento de los peces, fue descubriendo nuevas formas de capturarlos con artificiales. Fue entonces que se propuso un nuevo desafío, ¿cómo podría lograr un artificial que fuera igualmente eficiente para capturar omnívoros, fundamentalmente los preciados pacúes y salmones (pira pita), tal como los había para Dorado y Surubíes ?
Se necesitaban una técnica más eficiente, que se basara en la propia dinámica alimenticia de pacùes y pira pytas. Comenzó a pensar prototipos a partir del análisis durante las jornadas de pesca. Siempre observaba lo mismo, las moscas empleadas para dorados eran muchas veces rechazadas, y otras pocas atacadas por la cola por los omnívoros.
En una oportunidad, estando en uno de sus habituales viajes de pesca en Corrientes y viendo que las capturas de Pacú y Salmón seguían muy escasas, le pidió a amigos correntinos que prueben en las canchas de pesca con frutos de Ingá, un fruto típico de las costas. Fue la observación lo que motorizó el intento. Cuando el viento soplaba o los pájaros y los monos hacían caer los frutos de los árboles, ahí se veía a los peces en acción tras ellos. A modo de prueba batía las ramas de los árboles con los remos de la embarcación y veía a continuación un verdadero festín de especies comiendo frutos desesperadas, en todas direcciones.
En Febrero del 2009 emprendió un nuevo viaje, esta vez serian ocho días intensivos de pesca en tramos del río Paraná muy poco frecuentadas, donde abundan arroyos y riachuelos de aguas cristalinas con la idea de lograr imitaciones de los frutos que habían en todos los árboles costeros. En este viaje había llevado todo tipo de artificios para probar y definir los diferentes colores, tamaños y formas. Fue entonces que él y sus compañeros tomaron unas cámaras, máscaras de buceo, snorkel, se calzaron ropa adecuada y escondidos en el bosque comenzaron a observar, escuchar, analizar y documentar los hábitos de los omnívoros que se movían con diferentes intereses y en diferentes profundidades según que frutos había en los árboles.
Luego de tomar en cuenta todas estas observaciones fue que se lograron las primeras imitaciones efectivas para ser utilizadas con equipos de Fly Cast; Una vez en la base comenzaron a producir varias imitaciones en tamaños colores y formatos. Imitando distintos momentos en el proceso de maduración de los frutos costeros, El Ingá, el Laurel, el Francisco Alvarez. Así aparecieron entonces los primeros «PLOCKMARTIM» tal como las denominó su inventor, César Palma pensando en el sonido que hacían al caer al agua.
Sin perder tiempo fueron a hacer los primeros intentos, tenían que lograr presentar las imitaciones para que su ruido fuera semejante al que producen los frutos al caer del árbol, tenían el color, la forma y el tamaño, entonces faltaba el movimiento. Mediante horas de observaciones, dedujeron que los pacúes y los salmones se alimentaban por factores que residían fuera del agua como el viento, y la actividad de los monos y las aves sobre las ramas de los árboles. Comenzaron los intentos soltando la embarcación a la deriva corrigiendo su posición con un motor eléctrico, los lanzamientos los realizaron en lugares favorables, debajo de los árboles de ingá, árboles frondosos y árboles de higo. Decidieron que necesitaban mas distancia, la justa para poder hacer lances precisos pero también para hacer las bajadas sin asustar a los peces, serían entonces unos 15 a 20 metros. Con línea WF8F (de peso adelante y flotante) y leader de fluorocarbon comenzaron a utilizar su técnica ya bien definida y fue todo un éxito, habían pescado alrededor de 25 peces, incluyendo tres especies de Pacú, dos de salmón y también bogas. Así fue como nacieron las famosas bolitas “plock martin”, producto de un profundo estudio del comportamiento de los peces y la observación de su entorno como factor determinante en su comportamiento. En su desarrollo no faltaron las pruebas para adaptar el artificial visualmente y asemejarlo a los distintos frutos y a sus diferentes momentos de maduración. El arte, quizás el mérito mayor, es haber logrado replicar exactamente el sonido de cada fruto al caer al agua. Esta es el origen de un artificial que se ha convertido en un elemento ineludible para pensar la pesca de los omnívoros en fly. Una invención, un descubrimiento, que está llamado a escribir brillantes capítulos de pesca tanto en el presente como en el futuro.
UNA INVITACION ESPERADA
En Febrero de 2013 esperaba poder festejar mi cumpleaños empuñando una caña en aguas correntinas, había conocido a Cesar un año atrás en otro relevamiento que estaba haciendo para www.tigredelosrios.com.ar y me había vuelto loco con todas sus anécdotas.
Dos semanas antes de la fecha de mi cumpleaños, recibo una invitación de Cesar para ir a hacer unas pruebas en el Alto Paraná fundamentalmente sobre los omnìvoros, aprovechando el momento ideal del año cuando maduran la mayoría de los frutos costeros .
Los primeros intentos se habían ido con el dorado que durante el primer día fue nuestro objetivo. Al segundo día ya habíamos desenfundado otros equipos y preparado algunas otras moscas para seguir pescando, solo que esta vez iríamos tras los pacúes, los salmones y las bogas. Cesar con sus PLOCKMARTIM y caña 8 con línea flotante y yo por mi parte con caña 6 y línea flotante también pero con una imitaciones hechas a mi manera, había estado todo ese año haciendo inventos para esta pesca. Comenzamos los tiros en un hermoso brazo del gran rio, ya en la primer bajada note la diferencia, Cesar había obtenido un magnífico salmón que daría celos a cualquier pescador, mientras tanto yo no había logrado nada.
La diferencia residía claramente en el sonido «PLOCK´´ de su mosca y en el «plock´´ de la mía, creo que las ganas de seguir indagando en diferentes engaños se me fueron de inmediato, acto seguido, con énfasis le pido a Cesar que me regale una de sus moscas, de ahí en adelante el viaje para mi cambio todo su color, ese primer día pesque mi primer pacú con mosca, , no se si pesaba 3, 4 o 5 kilos, lo verdaderamente importante es primero que, era eso que tanto había estado esperando, pacú con mosca!! y luego algo que no me esperaba, tener que frenar el reel al máximo por el riesgo de perderlo entre las ramas costeras. La fuerza y vitalidad de esos animales tan salvajes es realmente fuera de lo común, por supuesto imaginarse todo esto luego de haber hecho un suave y delicado casteo para que la mosca haga plock debajo de los árboles, estar atento al tramo final de línea y de repente verla moverse muy sutilmente hacia adelante, es algo que el pescador que no lo haya experimentado, no puede siquiera imaginarse. Lo mas sorprendente para mi fue que teniendo la posibilidad de pescar un dorado record en esas aguas, había largado por completo la caña 8 y los streamers, estaba nuevamente con esa sensación de cuando había hecho mis primeros intentos con aquellas desconocidas truchas patagónicas, fue algo mágico. Fueron 4 días de pesca, con varios pacúes, también con otras variantes de Pacú, el reloj y el Pacupé, especies mas pequeñas pero bellísimas al extremo.
Destacada por demás fue una mañana en la que veníamos haciendo intentos para el Dorado con grandes streamers, golpeando costas y peinando palos en grandes correderas que se generan a lo largo de todo el canal principal, lugares en los que también habitan otras especies a las que ya venía mirando con otra perspectiva, antes eran solo comida del dorado, ahora eran posibles contrincantes, por eso tome el extremo del leader, corté el streamer y puse una PLOCK color verde limón de unos 8mm. En un momento habíamos frenado la embarcación y amarrado a un palo costero para que Cesar pudiera hacer arreglos en su equipo, mientras tanto yo hacia algunos tiros, creo que fueron 6 en total y como premio 3 hermosas bogas. Me lo imaginaba de alguna manera pero realmente no lo podía creer, eso no lo espere en ningún momento, bogas con mosca era solo un sueño. Seguimos pescando en la misma bajada de paleríos, Cesar seguía con Streamer y yo con mi Plock verde, sobre las ramas sumergidas empecé a hacer tiros a pez visto, bogas que se quedan ahí, donde la corriente se frena y las ramas parecen darle guarida de los depredadores. Como máxima coronación de este viaje y esta pesca pude darme el lujo de pescar bogas a pez visto, ver caer la pelotita y sumergirse mientras la boga sale de las ramas para agarrarla me había generado una sensación de adrenalina que solo sentía con las truchas. El Paraná, y su inmensamente rica fauna íctica también puede brindarnos esa sensación maravillosa, máxima expresión de la pesca deportiva.-
Video: clic aquí para verlo
Roberto Galbarini es titular de Feathers & Flies: www.feathersnflies.com
Cesar Palma es titular de Martin Outdoor: Blog de Martin Outdoor
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