Relato enviado por Leo:
Nuestro pedaleo comenzó en Salta capital hacia el sur por la ruta N° 68 hasta el pueblo El Carril. Esta ruta es muy transitada y tienen poca contemplación con los ciclistas, así que hay que circular con mucho cuidado!!! Ahí tomamos la ruta N° 33 para llegar hasta el pueblito de Chicoana donde paramos a descansar y comer algo!!
En la plaza de Chicoana había festival de folclore y concurso de la empanada más rica!!! Luego de degustar esas exquisiteces volvimos a la ruta 33 (desde Chicoana 1 km). Allí comienza la Quebrada de Escoipe. Donde el paisaje comienza a cambiar -de campos sembrados de tabacos a caminos zigzagueante de tierras rojizas, frondosa vegetación, altos paredones de piedra y cruzando varias veces el río del mismo nombre. Este camino une el valle de Lerma con el valle Calchaquí y finaliza donde comienza la cuesta del Obispo. Allí mismo, al pie de la cuesta se encuentra la Hostería El Maray, donde se puede hacer noche, pero no tiene agua caliente, y alrededor de las 9 de la noche apagan el equipo electrógeno …
Eso sí, la comida es espectacular !! La lluvia hizo que nos retrasáramos un día, y termináramos ayudando en los quehaceres de la hostería. Cuando pudimos seguir rodando la cuesta, enseguida se hizo notar haciendo que nuestras bicis parecieran que pesaran el doble, en un kilómetro se termina el pavimento y comienza un camino de ripio muy bueno con curvas y contracurvas, flanqueados por imponentes y bellos cerros, en definitiva … Un paisaje de ensueños!!! La cuesta del Obispo tiene una extensión de 24 kilómetros, de puro ascenso continuo hasta su punto más alto donde se encuentra la Piedra del Molino a 3348 metros sobre el nivel del mar. A pocos kilómetros antes de llegar a este punto se encuentra el valle encantado y el ingreso al parque nacional los cardones. Luego de descansar y contemplar el paisaje, continuamos hacia cachi, ya con el camino en bajada (mi compu marco 72 kilómetros en un descenso).
El paisaje vuelve a cambiar, los cardones se adueñan del paisaje y los cerros quedan más lejos pero se pueden apreciar en toda su esplendor!! Y allí, de pronto, aparece un camino recto y perfecto que se pierde en el horizonte… es la recta de Tin-tin. Es un camino que formaba parte del antiguo camino del inca y estaba marcado con antorchas. En la actualidad este camino fue medido con modernos aparatos y resulto ser una recta perfecta!! dejamos atrás la recta de Tin-tin siguiendo para Payogasta donde una tormenta nos hizo pedir asilo en un galpón hasta que pasara… Cuando vimos que la lluvia no era tal y sólo unas cuantas gotas, decidimos continuar nuestro camino hasta nuestro próximo destino, Cachi. Recorrimos un poco el pueblo, cenamos, disfrutamos de un espectáculo de folclore y a dormir para continuar al otro día.
La mañana siguiente nos regaló un día espectacular de sol y agradable temperatura y nosotros nos entregamos a la mítica Ruta 40!! Siempre con rumbo sur la ruta está en buen estado, ripio bien consolidado, estrecha con curvas y el río Calchaquí custodiándonos.
El pueblito de Molinos se ve desde el camino gracias al campanario de su iglesia que se aprecia desde lejos, allí paramos a descansar, comer, revisar las bici y sus equipajes. Al ver que todo esta ok seguimos viaje hasta Angastaco donde hicimos noche!!!
A la mañana siguiente y luego de un suculento desayuno y de despedirnos de un ciclista salteño que andaba por ahí, intercambiar correos, prometer volver y otras yerbas, volvimos a instalarnos en «la 40» que nos recibió con un cóctel de trepadas, ripio grande y suelto, serruchos que desarmaban el esqueleto y mucha arena, pero de regalo nos dejaba los paisajes de la quebrada de Las Flechas. El camino sigue feo hasta un par de kilómetros antes de llegar a San Carlos. Ahí vuelve a aparecer el asfalto que es visto como una bendición luego de trajinar con el arenal y los serruchos…
En San Carlos, luego de descansar, tomar algo fresco y fotos de rigor a su plaza, su iglesia, continuamos la ruta y una vez mas el paisaje vuelve a cambiar,
los valles con sus viñedos y bodegas nos hacen presagiar que Cafayate está cerca!!
Con apenas 22 kilómetros aproximadamente recorridos desde San Carlos, Cafayate nos recibe de una manera poco usual por la fiesta en la que estaba envuelta la ciudad. Se debía a que era el cierre de la fiesta Serenata Cafayateña (como Cosquin pero en Salta) y se esperaba a lo mejores exponentes del folclore nacional y la ciudad estaba sitiada de gente de toda la región !!
La lluvia se hizo presente nuevamente, pero como la ciudad era una fiesta no nos quedo mas alternativa que sumarnos a ella!! 2 días después continuamos bajando dejamos atrás la provincia de Salta y nos adentramos en la de Tucumán. Nuestro próximo destino era Amaicha del Valle, no sin antes detenernos en Colalao del Valle a degustar unas empanaditas… De vuelta al camino 20 kilómetros nos separaba de la ruina de los Quilmes, un lugar con mucha energía, que se aprovecha bien con una visita guiada, pero nuestros horarios no eran compatibles con los de ellos… Así que tras una breve recorrida a las ruinas continuamos hacia Amaicha. Llegamos casi de noche, nos alojamos, salimos a conocer el pueblito. Nos quedo pendiente conocer el museo de la Pachamama, siempre por andar a deshoras. Nuestro plan original era llegar hasta Tafí del Valle, pedaleando El Infiernillo. Pero cuestiones personales nos obligaron a terminar allí nuestra travesía pero prometiendo volver a recorrer esos lugares !!!
Leo
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